Este 10 de noviembre se cumplirán tres años del asesinato de Camilo Andrés Quintero Ballesteros, de 17 años, sin que sus familiares sepan por qué lo mataron, ni las autoridades muestren avances en la investigación para esclarecer el crimen.
Lo único que sabe Virgilina Ballesteros es que su hijo viajó desde Manaure (Cesar), de donde son oriundos hasta Valledupar, el viernes 7 de noviembre de 2015; le dijo que esa noche se quedaría en esta capital para ir el sábado 8 de noviembre al colegio donde validaba el último año de bachillerato. Luego no supo más de él hasta que el martes 10 de noviembre le avisaron que en Medicina Legal había un cadáver que podría tratarse del joven a quien llevaba dos días buscando.
El cuerpo de Camilo Andrés fue hallado semidesnudo por la Policía Nacional a orillas del río Guatapurí en inmediaciones del barrio Amaneceres del Valle.
Ese día no tenía ningún documento que permitiera saber a las autoridades de quién se trataba, por lo que entró como NN al Instituto Forense. Sin embargo, los investigadores tenían una pista para saber quién era, y esta fue una sudadera que llevaba Camilo Andrés con las iniciales de un colegio en Manaure.
Al tiempo que los agentes del CTI de la Fiscalía buscaban determinar quién era el joven hallado muerto, su madre colocaba la denuncia de su desaparición el mismo día que fue encontrado sin vida, por lo que las autoridades la contactaron y manifestaron que debía acercarse a Medicina Legal a reconocer el cuerpo de un muchacho que podría tratarse de su hijo.
“Salió de acá ese viernes, a mediodía del sábado fue a clases; al salir se encontró con mis hermanas en Valledupar y fueron al Centro a comprar ropa, pero les dijo que no se regresaba a Manaure, que me dijeran a mí que volvería el domingo, pero ya ese domingo tenía el celular apagado. El lunes, lo mismo, y nadie me daba razón de él, no sabía dónde estaba. El martes 10 de noviembre de 2015, al terminar de colocar la denuncia, me llamaron a decirme que había un cadáver sin identificar. Fui a Medicina Legal y lo reconocí por una foto que me mostraron”, sostuvo Virgilina Ballesteros.
Para esta mujer han sido tres años de incertidumbre, por no saber por qué su primogénito fue asesinado con impactos de arma de fuego. El dictamen lo supo dos meses después cuando Medicina Legal le entregó los resultados de la necropsia.
Manifestó que las veces que ha ido a la Fiscalía Novena Seccional en Valledupar encargada de la investigación no ha tenido respuesta. Cree que el proceso está archivado.
“La última vez que fui, hace un año en diciembre pasado, me dijeron que cualquier cosa me avisaban y aún nada, sigo esperando”, añadió.
Virgilina describió a su hijo como un muchacho noble y amoroso que nunca tuvo ‘malas juntas’, o problemas con la justicia.
“Mi hijo no era un niño malo, siempre estaba pendiente en ayudarme, en saber qué ropa me iba yo a poner para decirme qué me quedaba mejor, le gustaba que todo en la casa estuviera ordenado”, sostuvo.
VERSIONES SBRE SU MUERTE
Probablemente las últimas personas que vieron con vida a Camilo Andrés fue un hombre y una mujer con quienes se quedaba durante los fines de semana cuando viajaba desde Manaure a Valledupar.
Su madre contó que con ellos vivió un tiempo hasta que ella se enteró que no eran esposos como le habían hecho creer, tampoco hermanos como después dijeron, sino que eran amigos.
“Se quedaba por los lados del Centro con Pedro y Luz Estela, me parece que ellos se conocieron por redes sociales o un amigo se los presentó, algo así, porque yo a esa gente no la conocía ni nada, él tampoco. Yo iba allá a llevarle el mercado, pero luego me lo traje de regreso a Manaure y viajaba solo los fines de semana”, expresó Virgelina.
Después de la muerte, estas personas con quien se quedaba Camilo Andrés durante los fines de semana no volvieron a ir a Manaure o a encontrarse con Virgilina. “Hay muchas versiones, no sabe uno que creer”, refirió.
Para la fecha del homicidio el diario El Pilón publicó que un amigo de este joven sostuvo: “Después de clases siempre lo iba a recoger un señor de bastante edad, una vez que le robaron el celular a Camilo, ese señor fue al colegio y dijo que era el papá, pero después nos enteramos que su papá estaba muerto desde hace varios años y que su padrastro vivía en Manaure”.
No obstante, hasta la fecha las autoridades no han dado a conocer a la opinión pública sobre alguna persona capturada o vinculada al crimen.
‘QUERÍA SER PSICÓLOGO’
En diciembre de 2015 Camilo Andrés Quintero Ballesteros recibiría su título de bachiller y ya le había manifestado a su mamá que quería ser psicólogo.
“Me dijo, mami: ‘voy a alistar la ropa para el grado’ y que quería estudiar para psicólogo, que a él le gustaba eso”, recordó Virgilina que ahora solo quiere saber quién fue el causante de la muerte de su hijo y los motivos que tuvo para hacerlo.