Colgando en una hamaca en la que descansaba, quedó el cuerpo sin vida de Edwin Juvinao Pacheco, quien fue atacado a tiros por un pistolero que aprovechando la oscuridad de la noche se le acercó sigilosamente y le disparó en repetidas ocasiones.
Juvinao, de 42 años, era un vendedor de frutas que por las noches se dedicaba a hacer las veces de celador de un equipo de maquinaria que utilizan para la instalación de tuberías de gas natural en la zona.
El asesinato ocurrió a las 11:50 de la noche en el kilómetro uno, en el sur de Ciénaga (Magdalena), vía hacia el corregimiento de Sevillano. El asesino fue un hombre que actuó solo, llegó en una motocicleta la estacionó cuidadosamente a un lado de la vía, luego caminó hacia donde estaba Juvinao y le disparó.
La víctima realizaba la labor de vigilancia de estos equipos en compañía de Jaime Aurelio Galvis Sandoval.
TRES BALAZOS
De acuerdo con la versión entregada por Galvis a las autoridades, él se encontraba en el interior de una de las maquinas cuando escuchó las detonaciones, pero como el lugar estaba oscuro permaneció allí en silencio hasta que escuchó que el asesino escapaba en la moto.
Juvinao Pacheco fue impactado por un proyectil en el rostro, uno más en la clavícula, otro en la mano izquierda. Murió en el sitio.
Hasta el cierre de esta edición las autoridades desconocían los móviles del homicidio. La inspección técnica y levantamiento del cadáver estuvo a cargo de Criminalistas de la Sijín.