“Ellos están en la parte de atrás del carro de nosotros. Estábamos en dos carros, el que manejaba Nayar y el del amigo de él (Erick González Álvarez, pareja de una prima de la víctima). Ellos (Consuegra y sus conocidos) estaban entre los dos carros, en la parte trasera, entonces se les pide permiso, la mayoría de ellos se quitaron y solamente hubo uno que no se quitó, que no lo identifico. El señor Hernando se quitó”.
Esta es la narración que entregó a esta redacción María Romero Guzmán sobre los hechos en que su esposo Nayar José Romero Maldonado, de 26 años, fue asesinado a bala en la madrugada del domingo en las afueras del billar Golden Tiger, carrera 43 con calle 79, norte de Barranquilla.
“El tipo no se quiso quitar, y le dijo a mi marido como quítame o algo… Un muchacho de suéter rojo, delgado, sacó un arma y se la esconde en una axila.
“Mi esposo dice: ‘Ve al otro, para joderlo, qué te crees que porque tienes un arma, qué te crees… Ahí el señor Hernando (Consuegra Pertuz) empuja a Nayer, y Nayer lo empuja a él y le pega una cachetada. El señor Hernando quedó ofendido y le empieza a pedir el arma al otro muchacho, pero en esos momentos, no me di cuenta, hieren al señor Hernando con una puñalada…”.
En ese momento, sigue diciendo la mujer, llegaron dos motorizados de la Policía de Tránsito que, según ella, “escoltaban una camioneta gris”. Nayer alcanzó a decirles a los policías que uno de los que estaba peleando tenía un arma de fuego, agrega María Romero Guzmán.
“Al ver a los policías, ellos salen corriendo a esconder el arma en el billar. El policía le hizo caso omiso a mi esposo, si ellos no se van no pasa nada. Pero cuando los tipos ven que los policías se marchan, sale del billar un muchacho de camisa negra con la pistola. “Él le saca el arma a mi esposo, le hace un disparo hacia los pies y es cuando mi esposo corre. Mi esposo cae y se resbala, se levanta y se mete por un lado de un camión, junto a Flor de Liz. Ahí le dieron los dos tiros”, recuerda María. El sujeto de negro luego de disparar le entrega el arma a Hernando Consuegra, y se va del lugar en una camioneta, añade.
‘EL SEÑOR ME APUNTÓ’
Luego de eso ocurre lo que captaron en video con teléfonos celulares, el ataque contra el vehículo y el intento por no dejar salir a Erick, que llevaba herido en la silla de copiloto a Nayer.
“Yo veo al señor Hernando con el arma y le gritó que por qué con armas, y el señor me apunta a mí. Los que estaban ahí nos decían que ninguno íbamos a salir vivos, fueron como cinco los que participaron”, asegura María.
LA CAPTURA
El martes pasado Hernando Rafael Consuegra Pertúz, de Salamina (Magdalena), fue presentado por la Fiscalía ante el juez Primero Penal Municipal con funciones de Control de Garantías, Alberto Oyaga Machado, como sospechoso del homicidio.
A Consuegra Pertúz, según el fiscal Adolfo Niebles Torres, se llegó luego de que policías emitieran por radio el mensaje de una persona herida en una riña en el billar Golden, y que posiblemente había ido a un centro asistencial cercano.
Así se dijo que Consuegra, comerciante de carros, llegó a la Clínica Prevenir-Bonadonna, y fue atendido en urgencia. Allí lo detuvieron los uniformados, pero ya sin el arma. Fue traslalado a la URI de la Fiscalía donde pernoctó.
En audiencia también quedó consignado la versión de Consuegra Pertuz sobre el incidente: “Vi que estaban agrediendo a mi hijo y a mi sobrino. Yo lo que hice fue apartar la pelea y terminé atacado con un objeto cortopunzante… Jorge (nombre del supuesto amigo de Consuegra) sacó la pistola de su carro…Y yo más bien lo que hice fue quitarle la pistola…No disparé, ni agredí a nadie. Me hicieron prueba de balística y todo. No agredí a nadie”, repitió.
En las actuaciones ante el juez el fiscal Niebles hizo referencia a tres investigaciones por homicidio que pesan como antecedente contra Hernando RafaelConsuegra Pertúz, bajo la antigua ley 600.
Se trata de la muerte de Luis Aurelio Barros Durán, de 35 años, ocurrida el 16 de enero de 1999; Reinaldo Jiménez Ariza, de 32 años; y Emilton Fontalvo Santiago, de 19, ocurrido el 18 de mayo de 1997.
“De estos homicidios solo uno llegó a resolución de acusación, el resto esta Fiscalía buscará establecer en qué terminaron”, puntualizó el fiscal.