El chef español Daniel Sancho, de 29 años, quien confesó ser el responsable del asesinato y desmembramiento del médico cordobés Edwin Arrieta, de 44, el pasado 2 de agosto, se encuentra recluido de manera provisional en la prisión de la isla Koh Samui de Tailandia, país en el que se perpetró el crimen.
De acuerdo con medios internacionales, la prisión en la que se encuentra el presunto asesino del cirujano colombiano es considerada “amable” y sin hacinamientos, aunque compartirá celda con al menos 20 personas y deberá dormir en el suelo.
Sancho guarda, desde su ingreso en prisión el lunes 7 de agosto, un periodo de aislamiento como protocolo por la covid-19, establecido en 10 días, antes de mezclarse con los reos en la prisión de Samui, ubicada en una tranquila zona del sur de esta turística isla.
Una vez salga de la zona de aislamiento, Sancho, que lucirá la vestimenta de recluso formada por un pantalón y una camiseta ancha comúnmente de color marrón, será trasladado a una celda compartida y le proveerán de un juego de tres piezas de tela para usarlas como colchón, sábana y almohada ubicadas sobre el suelo.
Las celdas de Samui se distinguen entre pequeñas, ocupadas por un máximo de 20 presos, y las grandes, con entre 30-40 reos. Otra de las mayores incomodidades son los baños y las duchas comunes.
Desde la pandemia las cárceles de Tailandia cuentan con salas de videollamada para contactar con sus familiares y amigos, pero ahora también pueden visitarles en el periodo habilitado para ello. Además, los presos pueden solicitar reunirse con sus representantes legales y, en el caso de los reos extranjeros, con las autoridades consulares de su país.
También cuentan con un economato para adquirir, mediante encargo, comida o bebida, entre otros productos, a precios asequibles aunque superiores a los de fuera del recinto.
Así se vive en la cárcel donde está Daniel Sancho
Un funcionario de la cárcel de Samui describió a ‘Efe’ la rutina diaria de los reos dentro del recinto. El día comienza a las 5:00 de la mañana, cuando los guardias despiertan a los presos y realizan un primer recuento de los reclusos, seguido de un rezo budista.
A las 7:00 reciben el desayuno y a las 8:00 son colocados en fila delante de la bandera tailandesa para cantar el himno nacional y vuelven a ser contados por las autoridades.
Tras ello llega la hora para acudir a las duchas y realizar las tareas asignadas por el comité de prisión. En el centro además existen varios proyectos para que los reos se formen en un trabajo de cara a su reinserción, tales como jardinería y electricidad.
El almuerzo llega al mediodía y tras concluir con la jornada de tareas, alrededor de las 15:00, se les somete a un nuevo recuento y se permite una nueva ducha. Se cena temprano, sobre las 4 de la tarde, y se realiza un nuevo rezo antes de regresar a la celda, mientras que la hora de dormir llega a las 9:00 de la noche.
El funcionario también precisó que hay sala de televisión y una biblioteca, así como un amplio patio donde hacer deporte, aunque carece de gimnasio.