José Didier Criollo encontró sin vida a su pareja, María Luisa Díaz, en el barrio Girardot de Bucaramanga tras pasar 12 horas abrazándola.
Vecinos reportaron que la mujer, de 60 años, se habría golpeado la cabeza al caer mientras estaba en estado de embriaguez.
Las autoridades investigan la causa de la muerte y Medicina Legal determinará las circunstancias exactas del deceso.
Cuando José Didier Criollo Aranzalez pasó la mano sobre la cabeza de su novia, María Luis Díaz Jiménez, notó que había sangre y en seguida la sensación de somnolencia que sentía tras haber despertado, desapareció.
El hombre, de 60 años de edad, durmió toda la noche en el andén de siempre al lado de su pareja sin descubrir que esta ya había fallecido a causa de un golpe en su cabeza.
Ambos se vieron por última vez a primera hora del domingo 10 de noviembre, cuando José Didier abandonó el andén en el que ambos solían pasar juntos sus noches, para ir a trabajar como arenero, su labor diaria.
En horas de la tarde, Criollo Aranzalez recibió una llamada de su pareja María Luisa Díaz, quien le preguntaba si volvería pronto del trabajo, ya que esta había conseguido algo de alcohol y podían ingerirlo juntos. Él le prometió que llegaría pronto, que no tardaría más de dos horas, y luego colgó.
La llamada fue sobre las 5:00 y poco después de las 7:00 p.m. regresó al mismo andén de la calle 17 #24-13 del barrio Girardot, en Bucaramanga, donde cada noche se daban cita. Al encontrarla vio que dormida, o eso pensó, y entonces el hombre procedió a acostarse a su lado.
Y entonces, a la mañana siguiente, tuvo lugar el trágico descubrimiento.
Todo lo antes descrito fue relatado por el hombre en medio de la consternación a la Policía Metropolitana de Bucaramanga, a la cual contactó una vez descubrió que su esposa no tenía signos vitales.
La versión fue confirmada por vecinos del sector quienes, también impresionados, confirmaron su descripción de los hechos. Es más, uno de ellos apuntó que logró observar cómo la mujer se había golpeado la cabeza al intentar sentarse sobre un primer escalón, al parecer, perdiendo el equilibrio por el estado de embriaguez.
Sobre María Luisa Díaz, las autoridades solo pudieron establecer que también tenía 60 años de edad y que llevaba varios viviendo en las calles de la ciudad sin un hogar conocido.