La adicción al sexo es una de las más negadas en nuestra cultura. Siempre ha existido la búsqueda compulsiva de sexo, pero hoy en día es un hecho cada vez más frecuente, sobre todo por la facilidad que existe para acceder a teléfonos eróticos, revistas especializadas, películas porno y páginas en internet dedicadas o vinculadas al sexo.
Al respecto un preocupado lector nos escribió lo siguiente: “Apreciado Don Juan, a pesar que tengo pareja y estoy muy enamorado de ella, desde hace algunos meses he comenzado a sentir deseos descontrolados por tener relaciones sexuales y vivo obsesionado con eso, lo que me ha llevado a ser infiel y al final sólo me queda una sensación de culpa. ¿Qué puedo hacer para acabar con esta compulsión?”
Recuerda que la sexualidad es inherente al ser humano, pero cuando el sexo se convierte en una actividad prioritaria que llega a interferir en la vida cotidiana, alterando las relaciones familiares, sociales o laborales, se puede hablar de adicción al sexo.
En la adicción sexual se mantienen períodos de descontrol en la conducta sexual, alternados con períodos de cierta normalidad. Comienza a ser un verdadero problema cuando se deja de controlar la situación y lo que en apariencia es divertido, provoca un gran malestar.
En muchos casos la persona afectada niega y justifica los hechos, como ocurre en otras adicciones, aumentando el pensamiento obsesivo sexual, las fantasías sexuales y la necesidad de buscar sensaciones inmediatas para calmar la ansiedad provocada por los problemas cotidianos, lo que los lleva a entrar en un círculo vicioso con el que se genera mayor malestar, según se reincide en la conducta sexual, llegándose a producir el rechazo hacia uno mismo.
Este problema debe ser evaluado y el tratamiento debe determinarlo un especialista, psiquiatra o sexólogo, pero desde luego es posible tratar esta adicción, siendo importante que el paciente acuda motivado y cuente con el apoyo de las personas de su entorno.
HAY QUE ACEPTAR EL PROBLEMA
Lo primero que se debe hacer es reconocer los motivos que los impulsan a esta adicción, algo que se puede lograr mediante terapia cognitivo-conductual, dirigida por un psiquiatra o sexólogo, con la que se trata de llegar a controlar los estímulos, enseñar a prevenir la respuesta, identificando las situaciones de riesgo y desarrollar el autocontrol.
Sobre la prevención de las situaciones, se trata incluso de reducir el acceso a la adicción, los sitios, momentos y posibilidades. Es posible que se tenga que suprimir el computador o los teléfonos de forma temporal y buscar actividades que te alejen de esta adicción, como dar paseos, hacer deporte, inscribirse en algún curso de algo que te mantenga distraído.