En ocasiones los dolores que se presentan al tener erecciones o relaciones sexuales no se toman en cuenta, por pensar que es algo pasajero. Lo cierto es que cada anormalidad que encuentre en su miembro sexual debe ser visto por un especialista, antes de que sea muy tarde solucionarla.
Y precisamente, al respecto, nos escribió un preocupado lector: “Respetado Don Juan, desde hace unos dos años mi pene se comenzó a curvar cada vez que tengo una erección, lo que me produce mucho dolor, por lo que quisiera saber a qué se debe esto”.
Hay anomalías, como la enfermedad de ‘peyronie’, que si no se detecta a tiempo puede causar graves consecuencias a corto y largo plazo en su sistema reproductor, lo que conlleva a tener problemas con la pareja, además que su cura pueda ser un poco arriesgada.
La curvatura del pene es causada por el crecimiento de un tejido cicatrical dentro del miembro, que causa desviación, deformación y acortamiento del órgano durante la erección.
Esta es una enfermedad que los hombres pueden padecer en cualquier etapa de su vida, pero según la Fundación Puigvert, en Barcelona (España), “el 75% de los casos se presenta entre los 45 a 60 años”.
No hay forma certera de prevenirla, pero es posible que un hombre sea más propenso de tenerla si un familiar la padece, es decir, como su padre, su abuelo o sus hermanos. También es necesario recalcar que la enfermedad de ‘peyronie’ no tiene relación con enfermedades de transmisión sexual, ni con ningún tipo de cáncer.
En ocasiones, esta puede desaparecer por sí sola, pero es mejor hacer un control para que no se empeore. Es necesario realizar un tratamiento si la curvatura es lo suficientemente pronunciada.
¿Qué hacer?
De acuerdo con la Fundación Puigvert, no existe un tratamiento médico suficientemente eficaz, pero para controlar los dolores que provoca, suelen emplearse algunos fármacos tanto vía oral, como inyectados en la zona de fibrosis, que pueden mejorar la curvatura o minimizar el dolor.
Estos tratamientos se realizan cuando el hombre se encuentra en la fase I de la enfermedad, la cual corresponde a la etapa dolorosa, en la que se presentan molestias al tener erecciones y relaciones sexuales.
Ya en la fase II, se requiere de una intervención quirúrgica para contrarrestarla, se identifica que un hombre se encuentra en esta fase cuando el grado de deformación o curvatura del pene es suficiente para dificultar o impedir la penetración, por lo que se puede proponer la corrección en el quirófano.