Tenía la memoria del celular llena de videos porno y un día el sistema me advirtió que debía eliminar archivos porque ya no tenía más espacio de almacenamiento.
¡Increíble! Borré 250 videos pornográficos, de esos que envían en cadena en los grupos de WhatsApp. A la semana tuve que hacer la misma operación.
Con los teléfonos inteligentes y la internet, la industria pornográfica — que para nuestra época de juventud era difícil apreciarla— está al alcance de la mano de cualquier persona, incluso de niños.
Por eso los padres que han regalado tabletas electrónicas o smartphones a sus hijos deben estar muy pendientes con lo que miran o lo que comparten con sus amigos.
Los adultos también deben empezar a regular el consumo de pornografía.
Investigadores del Centro de Psicología del Ciclo Vital de Berlín realizaron un estudio para comprobar cómo afectaba este hábito en el cerebro. Para esto convocaron a 64 hombres entre 21 y 45 años que afirmaron ver un promedio de cuatro horas semanales de vídeos sexuales y les hicieron escáneres cerebrales para comprobar si realmente el hecho de ver películas triple X repercutía de alguna forma en sus cerebros.
Los especialistas determinaron tras los exámenes, que la pornografía afectaba el volumen de materia gris en el cerebro. Los resultados también revelaron que a mayor cantidad de imágenes sexuales recibidas, más disminuía el cuerpo estriado del cerebro y más se deterioran las conexiones entre el estriado y la corteza prefrontal que se encarga de la toma de decisiones.
La conclusión fue que, a mayor contenido sexual observado, mayor reducción de la actividad cerebral y menor memoria.
¿EL PORNO ES ADICTIVO?
La Universidad de Cambridge concluyó en otro estudio que el cerebro de aquellas personas enganchadas al porno reacciona de la misma forma en la que lo hace el de las personas adictas a las drogas.
Así mismo, los resultados de la investigación determinaron que estos usuarios compulsivos de porno sentían ansia por ver los vídeos, pero su deseo sexual no aumentaba. Esto ocurre de la misma forma en personas adictas a las drogas. Según los investigadores los drogadictos buscan droga porque quieren, no porque la disfruten.