En un dramático giro de los acontecimientos, una madre de familia tomó la decisión de demoler la casa de tres pisos que había construido en un terreno que le pertenecía a su exsuegro, Pablo Honorato Vega.
La disputa, que ha conmocionado a la comunidad local, comenzó cuando Vega decidió pedirle a ella que abandonara el terreno que le había cedido.
Antecedentes del conflicto
El conflicto entre Yumiko Ramírez Fabián y Pablo Honorato Vega llegó a su punto crítico después de un largo proceso judicial que culminó con las autoridades otorgando un orden de desalojo a favor de Vega, dado que el terreno se encuentra a su nombre.
El hombre alega que él había construido la casa original con un préstamo del programa Casa Bonita del Banco de Materiales, un programa que ofrecen en Perú, donde sucedieron los hechos, y que sus ingresos habían sido destinados a la construcción de los pisos adicionales.
En vista de las afirmaciones, visiblemente afectada mujer, contrató a obreros para llevar a cabo la demolición, lo que simbolizó la pérdida de años de esfuerzo y sacrificio.
En sus propias palabras, declaró: "A mí me ha costado esfuerzo, me he privado de muchas cosas, incluso a mis hijos. Voy a entregar el terreno, voy a terminar (de demoler)".
Infidelidad
La mujer llegó al terreno luego de contraer nupcias con Ricardo Vega, hijo de quien hoy reclama el terreno. Esa boda tuvo lugar en el año 2003. Desde entonces ambos, como pareja, decidieron comenzar a construir la vivienda como una metáfora a la edificación de un amor que entre ellos también seguía creciendo.
Sin embargo, el conflicto tuvo génesis cuando Yumiko supo que su esposo le era infiel. Y no fue algo de una sola vez. Estuvo tan avanzado en su traición a la mujer, que llegó a establecer una segunda familia con la mujer fuera de su matrimonio inicial.
“El papá de mis hijos se fue con una mujer casada, mantiene dos hijos y actualmente tiene dos hijos más”, dijo la mujer en entrevista con Todo Noticias, medio que divulgó la historia.
La situación ha generado un debate acalorado en la comunidad local, con opiniones divididas entre quienes apoyan a Yumiko Ramírez Fabián y aquellos que respaldan a Pablo Honorato Vega. Mientras algunos argumentan que el terreno legalmente pertenece a Vega y que se ha hecho justicia, otros expresan su simpatía por la madre de familia, destacando sus sacrificios para mantener la propiedad durante años.