No se le hizo el milagrito: cae expolicía ruso que decía ser ‘Jesús de Siberia’
Es acusado de haber utilizado la secta para extorsionar dinero a sus discípulos, de haber ejercido “violencias psicológicas” sobre ellos, causando “daños graves a la salud”.
La policía rusa detuvo en la región siberiana de Krasnoyarsk a un ex policía de tránsito de Rusia llamado Sergey Anatolyevitch Torop, quien asegura ser una reencarnación de Jesucristo. Bautizado por los medios como el “Jesús de Siberia”, Sergei, para asemejarse todavía más con la imagen tradicional que tenemos de Jesús, no sólo usa el pelo largo y una generosa barba, sino que también viste largas túnicas.
Junto a Sergey Anatolyevitch Torop fueron detenidos los líderes de la secta religiosa "Iglesia del Último Testamento" por haber presuntamente estafado y abusado psicológicamente de sus adeptos, informó el Comité de Investigaciones.
Serguéi Torop, Vadim Redkin y Vladímir Vedérikov serán acusados de crear una organización religiosa responsable de actos violentos que produjeron graves daños a la salud de dos o más personas, señaló la entidad.
Uno de los tres líderes detenidos, Serguéi Torop, se hacía llamar Hijo de Dios "Cristo" bajo el nombre de Vissarión.
Según informó el Comité de Investigaciones, se llevó a cabo una operación especial para poner fin a las actividades de esta agrupación religiosa junto a agentes del Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB) y el Ministerio de Interior.
La investigación estableció que los organizadores de la secta se apropiaron de dinero de sus seguidores y les violentaron psicológicamente con el fin de sacar provecho de sus actividades religiosas.
La secta "Iglesia del Último Testamento", declarada herética por la Iglesia Ortodoxa rusa en 1994, fue creada por Torop en 1991 e inscrita ante el Ministerio de Justicia en 1995.
El credo de Vissarión, resumido en su libro "El Último Testamento", es una mezcla de religiones abrahámicas, hinduismo, ufología, la obra mística "Rosa del mundo" del poeta ruso Daniil Andréev y del tratado "Doctrina secreta" de la teóloga rusa Elena Blavátskaya, entre otras diversas influencias.