¿Qué Pasa?

“Martín Elías me permitió ser papá desde los 15 años”

El hermano mayor del denominado ‘Terremoto del Vallenato’ habla sobre cómo influyó en su crianza. En la serie ‘El hijo del Cacique’ se interpreta a sí mismo.

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Para el actor y cantante Rafael Santos Díaz Acosta, primer hijo varón del fallecido Diomedes Díaz, participar en la serie El hijo del Cacique representó una verdadera catarsis.

La producción que acaba de estrenar el Canal Caracol, que cuenta la vida personal y musical de su hermano, el también difunto Martín Elías Díaz Acosta, desempolvó muchos recuerdos.

Algunos resultaron emotivos, otros divertidos y algunos muy difíciles de interpretar para el denominado Turpial, quien tuvo la misión de interpretarse a sí mismo en esta bioserie.

Aceptó el reto con el propósito de exaltar su dinastía y mantener vivos en los recuerdos de los ‘diomedistas’ y ‘martinistas’ a estos artistas que se convirtieron leyenda del vallenato.

También revela que le dijo sí al proyecto para que sus seguidores los conocieran mucho más a nivel personal, resaltando que su padre fue un trabajador incansable por el folclor y su hermano un soñador sin límites.

El artista que el próximo 24 de octubre cumplirá 42 años, desarrolla su cuarto papel actoral. Su debut fue en 2012 en la bionovela de Rafael Orozco, interpretando a su padre; un año más tarde encarnó a Iván René Valenciano en La Selección; en 2017 volvió a darle vida a El Cacique de La Junta en la bioserie de Patricia Teherán y ahora regresa a la pantalla chica con el que considera “el mejor papel de su vida”.

En el primer capítulo vimos a un Rafael Santos supliendo la ausencia de Diomedes ¿qué tan real fue ese rol en su vida?

Desde muchacho me tocó asumir muchas responsabilidades, al ser el primer hijo varón de mi padre, fui educado para servir a la familia y ser el respaldo de mis hermanos. Yo veía que mi papá ayudaba mucho a sus familiares y pese a su fama, siempre estuvo dándoles la mano, creo que ese fue el mejor ejemplo que pude ver.

Él me decía que después de él, venía yo. Me aplaudía mi temperamento y diligencia, él confiaba mucho en mí y por eso me encargó a la familia, a mi mamá, a mi abuela, para que el día que él faltara, ellas no estuvieran desamparadas.

Se toca también mucho el tema exotérico ¿qué opina al respecto?

En toda producción existe algo de ficción, eso la hace más interesante, le da un toque de suspenso, de picante a la historia y mantiene al televidente conectado.

¿Qué

papel jugó

usted en la vida de Martín Elías?

Fui un gran hermano, un gran padre, su consejero, su guía musical y artística. Yo me encargué de enseñarle a cantar, a versear, a componer desde muy niño. Mi padre me lo entregó cuando él tenía 5 años, yo a Martín le llevaba 10 años, y confieso que es de las responsabilidades más grandes que he asumido. Lo hice porque mi padre padecía el síndrome de Guillain Barré, estaba muy enfermo y me pidió que suspendiera los estudios y me fuera a trabajar para sostener a la familia, es así como grabo mi primer álbum (Para la historia) que incluyó el éxito El turpial.

Martín Elías me permitió ser papá desde los 15 años, yo no estaba pendiente a jugar con carritos o de ir al parque, sino de cumplir con las tareas que mi papá me encomendó, en especial la crianza de Martín Elías por ser el menor de la familia.

¿Cómo fue la experiencia de interpretarse a sí mismo?

Tengo un talento natural, a los directores le gusta mi chispa, yo cumplo con aprenderme el libreto al pie de la letra y lo proyecto desde mi esencia. Este papel fue muy distinto a todos, había interpretado a mi padre en las series de Rafael Orozco y Patricia Teherán, pero aquí se trataba de mi vida. Sufrí mucho porque todo el tiempo estuve pensando cómo actuar al momento de las muertes de mi padre y mi hermano; revivir ese dolor fue muy duro, tenían que parar el rodaje, darme tiempo para restablecer mis emociones, porque era revivir los peores momentos que he vivido.

¿Con la muerte de su padre qué perdió su familia y la música colombiana?

Mi padre era el pilar de la familia, nos sostenía con cultura, con amor, no nos hizo falta nada. Él siempre veló porque hasta el primo que vivía lejos, si se le partía un brazo, tuviese la manera de ser curado, así que el vacío es inmenso.

Artísticamente creo que se le perdió el norte al vallenato con su muerte, pensé que muchos artistas iban a cuidar su legado y que iban a salir más ‘Diomeditos’ (risas), pero no ha sido así, somos los Díaz los que seguimos en la tarea.

¿Con la partida de su hermano qué perdió su familia y la música colombiana?

La muerte de Martín avivó todo el dolor que teníamos tras la muerte de mi padre, quedamos devastados, con pocas fuerzas para seguir luchando, pero Dios nos permitió seguir adelante y homenajearlo con esta serie.

¿Qué fue lo más duro que vivió al lado de Martín Elías?

Hubo muchas situaciones complicadas, pero él no renunciaba al sueño de ser el artista juvenil más importante del vallenato. Lo ayudé con recursos para hacer su primer álbum, porque él no pegó de inmediato, duró una década para sonar, me decía que le prestara plata para seguir grabando y que después me pagaba, pero gracias a Dios pude colaborarle. En la serie verán parte de esos duros momentos, cuando nos llegan a cortar la luz o el agua por “exceso” de pago (risas), por fortuna todas esas dificultades fueron sorteadas.

¿Cómo ve a sus hermanos Diomedes de Jesús, Luis Ángel y Elder Dayán que han despuntado?

Me siento muy orgulloso de mis hermanos, todos tenemos el mismo derecho y la misma obligación de sostener este legado, ya sea Diomedes de Jesús, Luis Ángel, Elder Dayán, Rafael de Jesús, Rafael María, Diomedes Dionisio o todos los que cantamos en mi familia. Todos debemos tirar para el mismo lado, aquí no puede haber envidia.

¿Por qué no se le debe perder el rastro a la serie?

Todos los soñadores pueden tomar esta serie como ejemplo, Martín Elías era un soñador sin límites y fue alcanzando sus metas con mucho sacrificio. Logró meterse en el corazón de su fanaticada, alcanzó los primeros lugares, era un millennials muy inquieto, que desde temprano estaba metido en el celular o en el computador creando canciones.

¿Qué viene en su carrera artística?

Debo seguir velando por el legado familiar, ya sea participando en series de este tipo o haciendo música. El 30 de septiembre lanzaré el sencillo Promesa sagrada, un tema que me puso a reflexionar mucho. Le hice una promesa a Dios de dejarme crecer la barba para que protegiera a mis seres queridos de este virus, y para la gloria de Dios el coronavirus no ha cobrado ninguna vida en mi bella familia.