La expresión del arquero Sebastián Viera es clásica en el ejercicio del periodismo. Cuando te reconocen tu labor, porque haces las cosas bien, el periodismo y la hinchada hablan flores. Cuando por alguna circunstancia hay que criticarte porque las cosas no las haces bien, el periodismo y la hinchada hablan mierda.
Es típico del personaje público narcisista. En el ejercicio de esta actividad he aprendido que cuando el personaje público se siente descubierto utiliza la diatriba y la maledicencia para tratar de acallar las verdades. En términos muy coloquiales pelan el cobre y muestran su verdadera catadura.
Es posible que en la reunión que sostuvo con Antonio Char escuchó cosas que no le habían dicho antes los dueños del club. Ser capitán del Junior es un honor que obliga a saberlo llevar. Bajo la capitanía de Viera los técnicos han tenido problemas con algunos jugadores y quienes se han tenido que ir son los técnicos.
Le pasó a Comesaña, le pasó a Mendoza y, si Antonio Char no se para firme, ya le hubiera pasado a Gamero.La expresión escatológica de Viera contra la hinchada y el periodismo en el fondo es cierta.
Hemos hablado mucha mierda pidiéndolo para la Selección de Uruguay por seis años sin que nunca jamás el profe Oscar Washington Tabárez lo hubiera convocado a un triste partido. No existe para él. También hemos hablado mierda destacándolo y promoviéndolo como el mejor arquero del fútbol profesional colombiano y los premios se los ha llevado el argentino Franco Armani, un hombre humilde que se comió las verdes como suplente de Gastón Pezzuti y hoy, ganador de ligas, súper ligas, copas y Libertadores es, de lejos, el mejor arquero de la liga nuestra y de su país.
Pero bueno, de verdad, hemos hablado mucha mierda de Viera…