En estos días de vacaciones en los que nos encontramos con la gente del fútbol, lejos del ajetreo normal de los torneos, he podido poner en contexto lo que realmente pasó en la última asamblea de Dimayor, donde se aprobó recortar la lista de inscritos para los torneos de este año, de 30 a 25 jugadores, y se negó la posibilidad de cambiar al descenso anual por el número de puntos sumados en el año y no por el promedio de los tres años como ha venido ocurriendo.
Antes de contar las historias de esa asamblea, que resultó movida, debo decirles que, a sol de hoy, no habrá manera de volver a los 30 jugadores inscritos.
La historia es la siguiente: César Guzmán, presidente de Patriotas, planteó el tema de la desventaja deportiva entre los que inscribían todo el año 30 jugadores por estar en copas internacionales y los que inscribían 25. Hubo equipos que solo alcanzaron a jugar dos partidos en Copa Libertadores y después pudieron gozar de los 30 jugadores todo el año.
La idea central que se planteó es que, además de los cinco jugadores extras, los equipos en torneos internacionales piden, recurrentemente, aplazamiento de partidos cuando justamente se agregaron esos cinco jugadores para que no tuvieran que pedir aplazamiento de ellos.
Para Guzmán era una doble ventaja. Cinco jugadores de más y aplazamiento de partidos. Hubo un presidente de un equipo que debía votar de último y estaba a favor del cambio para el descenso. En medio de la votación fue al baño. Cuando regresó, votó en contra y, con ese voto 23, evitó el cambio. En el baño lo convencieron que votara en contra de sus intereses.
Es posible que en otro momento se cambie lo de la inscripción de 25 a 30 jugadores, me comentaron algunos presidentes. Pero, por ahora, no será…