Junior buscará su estrella número ocho ante el Deportivo Independiente Medellín, este domingo a partir de las 4:30 p.m. en el estadio Atanasio Girardot.
Ya el semblante es otro. Ya hay un aura más positivo, más optimista. El jueves en la noche, con varias horas instalados en el hotel San Fernando Plaza, luego del largo viaje de Curitiba a Medellín, los jugadores de Junior parecían en un velorio. Caras largas y meditabundas, miradas gachas y fijas, tristeza, desaliento, amargura, desazón, impotencia, silencio. El guayabo de lo que pudo ser y no fue estaba fresquito.
De poco o nada sirvieron el aplauso de los hinchas y los periodistas en el aeropuerto de la ciudad brasileña, y el mensaje de aliento del piloto en el avión, acompañado de las palmas de la mayoría de pasajeros. La pérdida de la Copa Sudamericana ante Atlético Paranaense, el miércoles en definición por tiros desde el punto penal (4-3), después de igualar 1-1 en 90 minutos reglamentarios y 30 de alargue, tenía el ánimo rojiblanco por el suelo. La gloria internacional estuvo en sus manos, pero se escurrió increíblemente y el golpe resultó estremecedor.
Sin embargo, poco a poco fue retornando el entusiasmo. El viernes en la tarde, EL HERALDO se encontró con Sebastián Viera en uno de los tres ascensores del hotel y la actitud ya era otra. Cabeza en alto, los dientes apretados y el cuchillo en la boca.
– No se vayan a echar a morir que todavía falta la Liga– le dijimos.
– ¡Para nada! - respondió Viera haciendo un gesto que parecía decir ‘vamos con todo’.
El capitán y arquero de Junior fue el primero en expresar que seguían en pie de lucha por la Liga, apenas una hora después de esfumarse la ilusión continental, estando todavía en el estadio Arena da Baixada, en Brasil.
“Toca levantarnos rápidamente. El domingo vamos a entrar a la cancha con todo. No esperen encontrar un Junior muerto”, advirtió el cancerbero uruguayo.
Sus palabras y la recuperación del equipo se ratificaron ayer en la rueda de prensa con los técnicos y capitanes de los dos finalistas.
“Estamos mejor que nunca, queremos que el partido se juegue ya”, declaró muy seguro.
Jarlan Barrera, uno de los más afectados tras lo sucedido en territorio brasileño, pues no pudo concretar el penal que hubiera marcado diferencia en el tiempo extra, recibió una inyección de ánimo de parte de los fanáticos rojiblancos que se han acercado al hotel en Medellín.
“¡Fuerza, Jarlan! ¡Con todo qué hay que ganar la Liga”, le gritaron. Seguro que se sintió mejor.
Así las cosas, con la espinita de la Sudamericana que se fugó todavía latente, pero con seguridad y confianza en sí mismos, los Tiburones se enfrentarán al Medellín, hoy a partir de las 4:30 p.m. en el estadio Atanasio Girardot.
Los rojiblancos, subcampeones del torneo continental, buscarán consagrarse en la principal competencia colombiana ante un rival que cuenta con la creatividad de Andrés Ricaurte, el poder goleador de Germán Cano y la presión de una hinchada que no pierde la esperanza de una hazaña. No será fácil, pero Junior ha demostrado este semestre una solidez grupal con carácter y calidad, capaz de hacer frente a las adversidades que plantea cualquier oponente.
Los dirigidos por Julio Avelino Comesaña, que confirmó que tiene todos sus jugadores disponibles (“Estamos bien futbolística, física y anímicamente, no hay nadie lesionado, ninguno está triste”), saldrán al templo del fútbol paisa a defender la ventaja de tres goles, con el 4-1 alcanzado en Barranquilla el sábado pasado, y a conquistar por fin esa octava estrella que ha sido tan esquiva.
Ahí en el estadio Atanasio Girardot, el mismo escenario en el que esa octava se ha esfumado tres veces (2014 y 2015 ante Nacional y 2016 ante Medellín), Junior lo volverá a intentar. ¡Que no se escape esta vez! ¡Vamos Tiburones!