El correcto lavado de manos es un hábito sencillo que evita el contagio de infecciones cutáneas, oculares y la presencia de parásitos intestinales que causan diversas enfermedades. Por ello, lavarse las manos debe ser uno de los hábitos más importantes en el día a día de las personas.
Con jabón
El lavado de manos con jabón interrumpe el ciclo de contaminación. Cuando una persona no se lava las manos con jabón puede transmitir virus y bacterias ya sea por contacto directo o indirecto (mediante el contacto con superficies).
Una buena higiene de las manos en los niños ayudará a prevenir la propagación de gérmenes que provocan enfermedades comunes, como los resfriados y el dolor de barriga, que pasan de casa al colegio y del colegio a casa.
Las manos transportan gérmenes perjudiciales, llamados microorganismos o bacterias.
La técnica
Los pasos para una técnica correcta de lavado de manos según la Organización Mundial de la Salud son: mojarse las manos, aplicar suficiente jabón para cubrir toda la mano.
Frotar las palmas entre sí, frotar la palma de la mano derecha contra el dorso de la mano izquierda entrelazando los dedos, y viceversa.
En la lista de enfermedades prevenibles solo con el lavado de manos, están la influenza, neumonía, tifoidea, diarrea, cólera, parasitosis intestinal y hepatitis A.