, de 30 años, tras reconocer en un preacuerdo con la Fiscalía que participó, junto con su hermano
Ismael
, de 33, en el crimen de su padre por negarse este a compartir con ellos el premio de 600 millones de pesos que se ganó en una lotería en Valledupar.
Tras ser capturados en marzo pasado, Javier confesó que fraguaron un plan para asesinar a su papá. En el homicidio participaron otras dos personas que también aceptaron que intervinieron en el hecho, ocurrido el 17 de noviembre de 2014.
Casi dos años después el crimen está resuelto y los responsables a punto de recibir un castigo ejemplar. Para el 17 de febrero de 2017 quedó fijada la fecha de fallo condenatorio de Javier Darío, mientras que su hermano Ismael, quien no se allanó al cargo de homicidio agravado que le imputó la Fiscalía, enfrentará un juicio, en el que de ser hallado responsable podría pagar hasta 50 años de cárcel.
ESTA ES LA HISTORIA
Lo que para Candelario Medina Beleño, un albañil de 63 años, fue un “golpe de suerte” tras ganarse la lotería y recibir el premio, se convirtió en una maldición que lo llevó a su muerte. Sus dos hijos, a quienes sacó adelante trabajando como maestro de obra en las construcciones de la ciudad, fraguaron asesinarlo luego de que se negara a compartir la fortuna con ellos.
Candelario Medina, asesinado.
Según la investigación, cegados por la ambición decidieron darle muerte para quedarse con parte del dinero y los bienes que alcanzó a comprar Candelario.
Fue así como con dos cómplices cumplieron su plan: lo asesinaron a golpes con las mismas herramientas que usaba su padre para trabajar.
Los vallenatos aún recuerdan que la Policía Nacional, tras los relatos recogidos, reveló que la cruel muerte ocurrió en la humilde vivienda del albañil, en el barrio Pontevedra, al norte de Valledupar.
Vecinos y policías en la vivienda del albañil, en el barrio Pontevedra, el día del asesinato.
El cuerpo sin vida de Medina fue hallado por familiares a eso de las 5:45 de la mañana.
Uno de los testimonios entregado por un allegado de la víctima el día del hallazgo del cadáver fue: “Se nos hizo raro que el portón de la casa estuviera entreabierto y que las matas no las hubiese regado como él (Candelario) acostumbraba a hacerlo todas las mañanas. Al entrar a la vivienda y pasar hacia la habitación –que está en el patio de la casa– algo impedía que la puerta se abriera por completo. La sorpresa que nos llevamos fue que estaba trancada por el cuerpo que tirado en el piso (...)”.
HUBO AMENAZAS
Tras conocerse el crimen decenas de vecinos se acercaron a observar y a conjeturar sobre lo que había ocurrido. Mientras eso sucedía, uniformados de la institución armada acordonaron el sitio para evitar que los curiosos intentaran entraran a la casa y destruyeran pruebas de lo sucedido.
Las sospechas del asesinato recayeron desde el comienzo en sus hijos, teniendo en cuenta que, de acuerdo con testimonios de personas cercanas, la relación entre ellos no era la mejor, incluso ya lo habían amenazado por no querer darles parte del premio.
El pasado 14 de marzo, tras más de un año de investigación, los hermanos Ismael y Javier Darío fueron capturados en la misma vivienda donde fue hallado el cuerpo de su padre con politraumatismos en el cráneo y tórax causados con objetos contundentes. Los dos fueron llevados ante un juez con funciones de control de garantías para judicializarlos.
Los hermanos cuando fueron capturados.
LOS CÓMPLICES
En la diligencia, la Fiscalía relató que “Candelario Medina Beleño se había ganado una lotería y eso le permitió adquirir unos bienes, lo que le habría ocasionado problemas con sus hijos, conformados en distintos hogares, especialmente con Javier Darío Medina Licona e Ismael Antonio Medina Saltarín. Dentro de esos problemas había sido amenazado por ellos; constantemente el señor Ismael decía que iba terminar matando a su papá porque no quería compartir el dinero que se había ganado en la lotería”.
La Fiscalía 16 seccional de Unidad de Vida de Valledupar, durante la audiencia ante el Juzgado Primero Penal Municipal con Funciones de Control de Garantías, explicó que los hijos de Candelario Medina, presuntamente, organizaron un plan para asesinarlo y que habrían usado palas, martillos y otras herramientas con las que trabajaba la víctima.
Además de los dos hermanos, el ente investigador determinó que en el crimen también participaron Álvaro Javier Tapias, de 25 años, amigo de los hermanos Medina, y José del Carmen Marrugo, de 30 años, alias "Cafú", a quien habrían buscado para que cometiera el homicidio.
Tapias fue capturado en una estación de servicios en inmediaciones del Terminal de Transporte; durante su judicialización la Fiscalía indicó que este intervino en los hechos y fue quien les avisó a los hermanos que ya había llegado Candelario a su residencia y que se encontraba solo. Incluso, les dijo que él entró y conversó con la víctima, y luego les dio toda esa información para posteriormente regresar con ellos a la casa.
Con estos detalles los hermanos Medina, y las otras personas, ingresaron al inmueble, dándole muerte a Candelario. "Cafú" fue capturado en junio de este año. También llegó a un preacuerdo con la Fiscalía como coautor del crimen.
INVESTIGACIÓN: “CRÍA CUERVOS Y...”
En la teoría del caso, con base en pruebas y testimonios, la Fiscalía 16 logró establecer la participación de estas personas y la aceptación por parte de tres de los cuatro implicados. El ente investigador recurrió al viejo refrán “Cría cuervos y te sacarán los ojos”, para referirse a la vinculación de los hijos de la víctima en este hecho.
Por haber aceptado su responsabilidad en el delito de homicidio agravado, que tiene un apena de 33 a 50 años de prisión, Javier Medina, Álvaro Tapias y José del Carmen Marrugo serían beneficiados con el descuento de hasta la mitad de la condena, es decir entre 17 a 25 años. Mientras que Ismael Medina, de ser vencido en juicio, no tendrá rebaja teniendo en cuenta que no se allanó al cargo que le imputó la Fiscalía. Una de las pruebas que tiene el ente acusador en su contra es la implicación en el crimen que le hace su propio hermano.