¡Cuatro hombres huyen en una moto tras intentar robar un local!
Los delincuentes llegaron a una compraventa, pero no pudieron partir un vidrio blindado.
Los cuatro delincuentes que intentaron atracar una compraventa eran inexpertos o tuvieron la suerte negra que le achacan al martes 13. Parecía que tenían todo planeado: un campanero, dos más en una moto y un cuarto con un arma de fuego por si era necesario defenderse, pero nada les funcionó.
Un local de empeños que queda en la carrera 27 entre la Avenida Murillo y la calle 46 era el objetivo de la banda de asaltantes. Cuentan testigos que a eso de la una y 15 de este martes, dos de ellos llegaron al lugar.
Uno se puso muy cerca de la vitrina mientras el otro se quedó a unos cuantos metros. Cuando analizaron que todo era seguro, llamaron a los de la moto. El parrillero se bajó con una ‘mona’, el pesado martillo que usan para partir concreto.
Intento fallido
Según el relato, el delincuente agarró con fuerza el mazo y le pegó con él a la parte frontal de la vitrina de la compraventa, pero el vidrio sufrió poco daño. Un intento más y nada, no podía acceder a las prendas de oro y los relojes que estaban exhibidos y que tanto atrajeron a la banda.
Tres golpes más y el blindaje del vidrio seguía firme. 15 golpes, uno detrás de otro y ¡uff, nada! Para entonces ya habían pasado tres minutos y la alarma del local estaba encendida. Los trabajadores de locales vecinos se alertaron y los transeúntes empezaron a grabar con sus celulares.
Los delincuentes habían fracasado, estaban más que expuestos y entonces lo único que pudieron hacer fue dejar tirado el mazo y huir, pero cómo, si eran cuatro y solo había una moto. Entonces los tres corrieron hasta donde estaba el conductor con el vehículo preparado para la que creían sería una veloz huida.
Pero no fue así. Como niños, estuvieron haciendo fuerza para ocupar un espacio en el pequeño vehículo. Discutieron entre ellos y finalmente dos se acomodaron detrás del piloto. El otro corrió a la parte delantera de la moto y se subió sobre el manubrio.
El vehículo fue acelerado a toda máquina. Se notó la fuerza que tuvo que hacer ese motor para poder moverse con tanto peso, pero no les falló a los ladrones.
Huyeron a la velocidad que pudieron, pero lo lograron. Atravesaron la Avenida Murillo a pesar de tener el semáforo en rojo en contra. Se perdieron a través de las calles de Chiquinquirá.
Cuando los curiosos se acercaron al local que todavía tenía la alarma activada, encontraron la vitrina a medio reventar, pero con todo en su interior intacto. También a una nerviosa cajera que ante la presencia de los delincuentes no tuvo más que esconderse en el baño.
En poder de la Policía está el video de las cámaras de seguridad con las que buscan identificar a los sospechosos. Aunque probablemente no haya un delito grave por el cual procesarlos, pues solo podrán ser señalados de daño en bien ajeno y de por lo menos tres infracciones de tránsito.