¿Qué Pasa?

El de la vendedora de rosas, un homicidio sin explicación

Familia y vecinos de Manuela Beltrán no encuentran razones de la muerte de Lucy Paternina.

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Nadie en el barrio Manuela Beltrán y en el seno de su familia le encuentra razón alguna al asesinato de que fue víctima a las 11:30 de la mañana del domingo, Lucy Eduviges Paternina, la vendedora de rosas y flores de ese populoso sector de Soledad que limita con Barranquilla.

La mujer de 50 años era de rutinas muy marcadas, siempre permanecía al frente de su negocio que atendía en la puerta de su casa, situada en la calle 30 con carrera 16B, muy cerca de un cementerio.

Abría las ventas a las 7 de la mañana y terminaba a eso de las 3 o 4 de la tarde. Estaba disponible los siete días de la semana, “sobre todo los viernes, sábados y domingos, porque era cuando más vendía”, recordó su hermano Freddy Alberto Paternina.

El domingo, como lo venía haciendo hacían 12 años, Lucy Eduviges madrugó para exhibir en la terraza el lote de flores y rosas que ofrecía a sus clientes.

Y cuando se encontraba desprevenida, concentrada en esta faena, fue atacada por la espalda por dos pistoleros motorizados que le dispararon a quemarropa.

No sabemos qué pasó, o por qué la mataron. Ella no tenía amenazas, ni enemigos”, agregó Freddy Alberto.

A la mujer la trasladaron aún con vida al Hospital Materno Infantil de Soledad. De allí la remitieron al Hospital de la Universidad del Norte, centro médico en el que falleció antes de ser atendida.

Mujer aguerrida

Lucy estudió hasta segundo grado de bachillerato en el Colegio Caldas de Soledad, donde también cursó la primaria.

En su adultez conoció a un hombre con el que se comprometió y tuvo dos hijos: un niño de 12 años y una joven de 24 años. Residían en el barrio Hipódromo.

Ella se mudó para esta casa (Manuela Beltrán) cuando se separó del marido -hace 12 años-, y aquí puso el negocio de las flores y las rosas”, manifestó también su hermano Freddy.

En la vivienda donde la mataron la vendedora de rosas residía en calidad de inquilina. Estaba próxima a mudarse pues el inmueble está en venta.

Era una mujer maravillosa, una flor, una luchadora. La querían tanto que incluso tenía clientes que le daban regalos”, aseguró por su parte Aracely Caro, amiga de infancia de Lucy.

Nos conocimos de los 5 años, siempre fue una gran persona”, añadió la mujer.

Aracely también describió a Lucy como una mujer entregada al cristianismo, una de sus pasiones era leer la Biblia.

“Le tocó muy duro, criar a sus dos hijos sola, no fue fácil, pero lo hizo, siempre se aferró a ellos para sacarlos adelante”, finalizó.

Lucy Eduviges Paternina era la tercera entre siete hermanos.

El negocio de la venta de rosas y flores lo heredó de su mamá, quien manejó un negocio similar para levantar a sus hijos, luego de que el padre los abandonara. “A mi papá ni lo conocimos. Mi madre nos sacó adelante vendiendo flores en el Mercado (40 años en el oficio) y siempre nos inculcó buenos valores. Lucy heredó todo esto de mamá”, explicó Freddy Alberto, de 57 años; quien ayer aún lloraba sin encontrarle explicación alguna a la muerte violenta de su hermana.

Hasta el momento la Policía carece de pistas significativas para dar con los asesinos, y recauda información para igualmente establecer los móviles de este homicidio que sorprendió al mediodía del domingo a los vecinos de Manuela Beltrán.

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