Lugar del barrio Carlos Meisel en el que apareció la cabeza
Lugar del barrio Carlos Meisel en el que apareció la cabezaJesús Rueda
¿Qué Pasa?

La guerra entre bandas que destapó aparición de cabeza en Carlos Meisel

‘Costeños’, ‘Pepes’ y ‘Clan del Golfo’ protagonizan un violento enfrentamiento que explicaría el brutal asesinato de Yesid Andrés Cabrera Ortega.

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  • Aumento de la violencia en Barranquilla: 259 homicidios registrados en 2023, con un 83% atribuido a sicariato.
  • Bandas criminales en conflicto: enfrentamientos entre ‘los Costeños’, el Clan del Golfo, y otras estructuras criminales.
  • Medidas policiales en marcha: operaciones y comités de seguimiento para reducir la violencia en la ciudad.

Los últimos hechos criminales registrados en la ciudad de Barranquilla han generado alerta entre la comunidad que asocia estas acciones con un aumento preocupante de la inseguridad.

Los crímenes pasan en un abrir y cerrar de ojos. Sin exceptuar localidades. En muchos de ellos los moradores ni siquiera tienen la oportunidad de observar a los homicidas, puesto que al salir de sus hogares ya se tropiezan con la dolorosa escena de una persona asesinada. Ejemplo de ello fue el asesinato en la tarde del pasado miércoles de Carlos Johan Rodríguez Arrieta, uno de los más buscados por la Policía, quien fue blanco de 20 impactos de bala, trayendo una gran incertidumbre al barrio Barlovento, cuyos vecinos ni siquiera se atrevieron a decir una palabra sobre lo ocurrido.

La ciudad y su área metropolitana se encuentra en medio de una violenta contienda entre bandas delincuenciales, aún sin saber quiénes son los protagonistas, al menos los perpetradores. Muestra de esto fue lo que se le pudo entender a una vecina del barrio Carlos Meisel, que luego de ver cómo dejaron tirada una cabeza humana en un monte donde jugaban niños afirmó que se trataba de “una clara amenaza de muerte”.

Lo que sí es evidente es que el inusual crecimiento en las cifras de homicidio en el Atlántico ha generado preocupación en entes distritales y nacionales. Ambos inmersos en jornadas intensas donde se confirmó la presencia de altos mandos policiales como el general José Luis Ramírez Hinestroza, jefe del Servicio de Policía y pasado director de la Policía Interpol Dijín.

El tema de conversación en dichas citas evidentemente no fue otro al de buscar soluciones a las 259 muertes que se han registrado en Barranquilla, a corte de los primeros días de agosto. Se cree que 215 de las mismas fueron bajo la modalidad de sicariato, dividiéndose 165 por ajuste de cuentas, 110 por disputas territoriales, 34 por tráfico de drogas, 7 por préstamos informales o los ya conocidos ‘cobradiarios’, 10 por extorsión y 4 por disputas de tierras.

Esto sin mencionar que, según los datos oficiales que pudo conocer este medio, al menos 151 de estos fallecidos contaban con antecedentes judiciales en el Sistema Penal Oral Acusatorio, Spoa, predominando los delitos de tráfico de estupefacientes, porte ilegal de armas, homicidio, hurto y extorsión.

Datos que también fueron comprobados por el mismo gobernador Eduardo Verano De la Rosa, quien afirmó que “el 83 % de los homicidios en el Departamento son por sicariato, especialmente teniendo que ver con una lucha por territorio en la distribución de droga entre el Clan del Golfo, ‘los Costeños’, ‘los Pepes’, ‘los Rastrojos Costeños’ y ‘los Papalópez”.

¿Qué hay detrás?

Lo que parecía ser una guerra silenciosa desde hace algunos meses, ya no lo es. Luego de conocerse una foto en la que se apreciaban los restos de Yesid Andrés Cabrera Ortega, el mutilado de Carlos Meisel, se pudo observar un cartel a su lado que expresaba contundentemente que “todo aquel colaborador, jíbaro y extorsionista de los tales Pepes será declarado objetivo militar en los barrios mencionados como Nueva Colombia, Meisel, Bajo Valle y La Manga. Serán declarados objetivo militar y quedará así como el sapo este”, siendo este uno de los aspectos más llamativos para las autoridades.

En esa línea, se sabe que el campo de acción más amplio de la banda ‘los Pepes’, liderados por Digno Palomino, se encuentra en la localidad Suroriente. Lo que hace pensar que una de las primeras hipótesis de este brutal asesinato va relacionada con las intenciones de esta estructura criminal de entrar a un territorio que “está prohibido para ellos”.

En un trabajo realizado por los investigadores académicos Luis Fernando Trejos Rosero y Reynell Badillo Sarmiento se argumenta que “uno de los aprendizajes del crimen organizado en la ciudad es que en pocos escenarios es deseable la atención mediática e institucional”. Por ende, “estas estructuras compiten por medio de homicidios selectivos (asesinar directamente a los involucrados en la cadena de criminalidad) y tácticas de barbarización de la violencia (descuartizamientos, desmembramientos, torturas u otros homicidios que, por el nivel de sevicia, sean suficientes para enviar un mensaje al competidor armado sin necesidad de aumentar el número de homicidios)”. Un concepto que se ajuste a lo acontecido en el sector de la localidad Suroccidente.

Al margen de esa versión preliminar, ‘los Costeños’ de alias Castor, parecen no tener una tarea sencilla en el camino que lleva al dominio de la localidad en mención, incluyendo múltiples barrios, debido a que los mismos investigadores no descartan que la violencia haya escalado hasta miembros del Clan del Golfo, otro de los grandes interesados en acreditarse los negocios ilegales que se mueven en estos lados de la capital del Atlántico.

Ese es otro enfrentamiento que está dejando un rastro de sangre y, de igual manera, podría estar relacionado al episodio contra Cabrera Ortega.

Recordemos que para 2016 ‘los Costeños’ y las AGC formaron una alianza para controlar las actividades ilegales en Barranquilla y sus alrededores. En la misma estaba estipulada que el ‘Clan’ estaría encargado del narcotráfico internacional, mientras que ‘Costeños’ haría lo propio con el microtráfico local, subcontratando pandillas para reducir costos y evitar ser identificados.

Sin embargo, todo comenzó a fracturarse con la captura de líderes claves en la reciente estructura mencionada, algo que trajo consecuencias como disputas internas y el fortalecimiento de otros grupos criminales como ‘los Papalópez’ y ‘los Rastrojos’.

Ante unas ganas indetenibles por parte del Clan del Golfo para adueñarse de toda la zona suroccidental, sin dejar de lado sus conexiones internacionales, el reciente desmembramiento apuntaría a un mensaje contundente a sus rivales directos asegurando que su entrada al mismo no será para nada fácil, ni en este caso pacífica.

Medidas policiales

El general José Luis Ramírez Hinestroza, en entrevista con EL HERALDO, señaló que en las recientes reuniones adelantadas en la ciudad con las autoridades locales se definieron una serie de medidas para contener los homicidios y otros delitos de alto impacto.

A corto plazo, de acuerdo con el alto oficial, se harán unas sesiones quincenales de un “comité integral de seguimiento operacional con los directores de las especialidades”, en los que se verificarán los procesos investigativos de los homicidios con apoyo de la Fiscalía.

A mediano plazo, Ramírez Hinestroza explicó que se establecieron once operaciones estructurales para afectar a los grupos dedicados a la extorsión y al microtráfico, lo que deriva en los permanentes casos de sicariato.

Y a largo plazo, según la autoridad, se plantea una profunda investigación para visibilizar a esos narcos invisibles que hay no solamente en Barranquilla, sino en todo el país y que son los que están moviendo el dinero para que estos grupos de delincuencia común actúen en cada una de las jurisdicciones. A partir de eso se busca evidenciar el apoyo de cabecillas de estructuras locales como Castor y Digno Palomino a carteles internacionales para el tráfico de estupefaciente, con el fin de adelantar procesos de extradición contra ellos.