Con el pasar de los días son muchos los mensajes que encuentro en mi bandeja de correo electrónico tanto de mujeres como de hombres preguntándome ansiosamente temas sexuales y buscando una orientación.
Hoy me llamó la atención una pareja que lleva más de 14 años junta, y que al parecer la monotonía en la cama los está aburriendo.
Esta vez el remitente es Armando, un uniformado de la Policía Nacional, quien asegura que la relación amorosa con Judith está llegando a su límite, no por culpa de él, sino por las exigencias sexuales y repetitivas de su esposa. Dos posiciones están llevando el matrimonio al fracaso: el salto del tigre y el 69.
Como dice el dicho popular: “en la variedad está el placer”. Es bueno cuando dejamos el tabú sobre el sexo a un lado y comenzamos a disfrutarlo, y más si estamos con la persona que elegimos como compañero sentimental.
Cuando se trata de un encuentro íntimo hay que disfrutarlo en todos los sentidos.
Cambiar de poses, jugar con disfraces y hasta con artículos u otros elementos que sirvan para encender la llama de la pasión, no siempre tienes que ser de la misma forma y en el mismo lugar.
“Don Juan, amo a mi esposa Judith pero cuando vamos a estar juntos siempre quiere hacer el 69 y el salto del tigre… es la misma rutina y me gustaría experimentar otras poses, ¿qué hago?”, señaló el escrito del policía quien además manifiestó que no sabe cómo hablar con su compañera.
La confianza es primordial en una pareja. Cuando se trata de la sexualidad las cosas hay que decirlas a tiempo porque puede terminar afectada la relación.
El salto del tigre es aquella en la que el varón se lanza desde cierta altura sobre la mujer acertando a penetrarla, es decir tiene que tener puntería.
Sexólogos señalan que en esta práctica se dañarían los genitales de ambos acróbatas. El hombre puede llevarse la peor parte. Es precisamente lo que argumentó Armando, “cuando terminamos de hacerlo me queda doliendo el pene”, y en ocasiones puede sufrir fractura.
El 69 es una postura sexual que permite que las dos personas se practiquen el sexo oral al mismo tiempo.
Para realizar esta pose, tanto la mujer como el hombre una vez acostados, la cara de ambos tiene que quedar ubicada frente a los genitales del contrario, permitiendo de ese modo que puedan ser estimulados al mismo tiempo.