Un curioso caso se presentó en Springfield, Estados Unidos, cuando un conductor en estado de alicoramiento pretendió engañar a agentes de la Policía de una manera particular.
El hecho, que pasó el pasado 13 de mayo, ocurrió cuando patrulleros de Policía le hicieron el llamado a un conductor de un vehículo a detenerse por ir conduciendo a 52 millas por hora en una zona de 30 millas por hora cerca.
Lo insólito es que cuando se vio acorralado por los agentes, el hombre intentó cambiar de lugar con su perro, que estaba en el asiento del pasajero. Lo que no tuvo presente el sujeto, es que un oficial observó todo el proceso.
Lo peor del caso es que el individuo salió por la puerta del copiloto afirmando que él no iba conduciendo. Los agentes afirmaron en el informe que el implicado tenía “claras señales de intoxicación” y que cuando se le preguntó sobre su consumo de alcohol, huyó del lugar.
El hombre fue capturado apenas a 20 metros del sitio, luego llevado al hospital y finalmente a la cárcel de la ciudad por “conducir bajo la influencia de alcohol y/o drogas, conducir mientras su capacidad está afectada, conducir bajo suspensión, exceso de velocidad 20-24 más, y resistirse al arresto”.
En su informe en redes sociales, la Policía notificó que el perro fue entregado a un conocido del hombre para que lo cuidara mientras este resuelve sus asuntos legales. El comunicado de la institución armada, irónicamente, aseguró que el perro no enfrenta ningún cargo.