"Lo que es del gato no se lo come el perro". La materialización de este dicho sucedió el pasado 8 de marzo, cuando un hombre que anotaba siempre el mismo número de cuatro cifras y un lotero, cometieron un error.
El hombre se dirigio como de costumbre para anotar la lotería y planeaba hacerlo al 2358 por el que siempre apostaba, sin embargo, quien le vendió el ticket habría escrito la última cifra mal y apuntó el 2359 a su nombre.
Al enterarse qué número había quedado en la Lotería de Manizales, por la que siempre jugaba, el sujeto, según lo contado por RCN Radio, pensó que tenía "muy mala suerte" porque supuestamente no era el ganador por un número, sin saber que en ese momento la fortuna le había sonreído.
Como el hombre se sabía perdedor y no miró el papel que le otorgaba el premio, porque se suponía que por costumbre tenía el 2358, no pasó ese día a reclamar su dinero, por lo que el gerente de la compañía de juegos de azar, al enterarse que la plata no fue retirada, localizó al lotero y le notificó que él había entregado el número ganador, que buscara al afortunado.
Fue solo después que el empleado se dio cuenta que había cometido un error y empezara a buscar a quién le compró el número, que pudieron notificarle que era el acreedor de 2000 millones de pesos.
Aquí el comunicado oficial de la Lotería de Manizales: