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Los espectros costeños que aparecen durante Halloween

Tres historias que cobran vida durante la Noche de Brujas.

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Cuando se investigan historias paranormales relacionadas con Halloween en nuestra costa Caribe, se pueden encontrar leyendas horripilantes que al conocerlas hacen que evitemos estar cerca de los lugares donde ocurrieron, especialmente en una noche como la de hoy. Esta es una fecha que de cierta manera genera algo de miedo en algunos, pero a la vez es aprovechada para ofrecer sacrificios y otra serie de actos oscuros.

Son muchos los que aseguran haber visto brujas volar, por eso usted señor lector que no cree en ellas, debe considerar el viejo refrán que indica “de que las hay, las hay”. A continuación presentamos tres historias que cobran vida un día como hoy. La primera de estas tiene como epicentro las tumbas del Cementerio Calcancala, las cuales están llenas de mucha actividad paranormal.

Hace 103 años existe este camposanto y se ha hablado mucho de una de las tumbas más visitadas, la de Sabina Atilano, una baranoera que se convirtió en la primera en ser sepultada allí. A Sabina le ponen flores, tiene varias placas de agradecimientos y le piden favores, es una especie de deidad muy solicitada por estos días, teniendo en cuenta que murió el 24 de octubre de 1915.

Su nombre opaca a los duendes dulceros, los cuales están ligados a aquellos niños que están sepultados en este lugar, y a los cuales las personas les ofrecen dulces a cambio de que les cumpla un deseo. “En noches como las de Halloween es cuando más golosinas les dejan y estas de manera misteriosa desaparecen, es como si los niños cobraran vida y se los comieran”, comenta Harold Palencia, quien laboró como celador en el Calancala.

Agregó que también observó bolas de fuego que brotan de los árboles y vio volar a las brujas por encima de las tumbas. “Esta noche es aprovechada por los satánicos para intentar profanar algunas tumbas, siempre quieren remover las calaveras para sus actos de magia negra”.

EL DEMONIO DE LA SILLA VACÍA

Existe una leyenda costeña del 31 octubre, relacionada al hecho de no dejar una silla vacía en los cuartos. Este es un acto prohibido dentro del mundo de las supersticiones, debido a que ese lugar podría ser ocupado por Milton el esquizofrénico.

Se trata de un joven poseído por el demonio que andaba en las calles del norte de Barranquilla mordiendo y chupándo su propia sangre. Milton fue hallado muerto cerca del extinto teatro ABC, tras ahogarse con su propio vómito, desde entonces muchos han contado las apariciones de este personaje en muchos cuartos.

JUANITA LA INVÁLIDA DE LA CARRETILLA

En las antiguas bombas de gasolinas se cuenta de una aparición que hiela los huesos, es la de Juanita, una invalida que se arrastraba en una carretilla de madera vendiendo estampitas de santos que son venerados en octubre como San Quintín y San Judas. La noche del 31 de octubre de 1989 un conductor de una tractomula le pasó por encima, ocasionándole la muerte.

Algunos conductores hablan anualmente de este fantasma. “Fui al baño de una bomba ubicada en la Cordialidad, y de repente sentí que me arrojaron una estampita de San Judas. Escuché también una voz de una mujer que me pedía que le diera dinero.

Cuando salí vi unas piernas largas que colgaban del techo del baño frente a mí con uñas puntiagudas”, dijo Lacides Bolívar, quien agregó que también la mujer le aparece a otros conductores tratando de taparles los ojos para que se estrellen.