Como una intrusa que en mala hora llegó no solo a acabar con el hogar de su hijo, sino que lo arrastró a la cárcel como responsable de una muerte, así calificó Enrique Beltrán Hernández a Dayana Yael Jassir De la Hoz, detenida como presunta determinadora del asesinato de su esposo, el entonces director de Medicina Legal, Eduardo Pinto Viloria. En un diálogo especial con
AL DÍA
, Beltrán reconstruye cómo su hijo, Johan Beltrán Ulloque, conoce a Dayana, cómo inician el romance, y hace un perfil de este, de quien afirma crió en un hogar de valores morales y éticos.Beltrán Ulloque fue detenido por la Dijín y el CTI de Bogotá el pasado miércoles 22 de junio en la carrera 42A4 No. 86 - 35, barrio Los Nogales, donde residía con sus padres. En el complot criminal lo señalan también como determinador del homicidio.
Ahora permanece asegurado en la Penitenciaría de El Bosque junto a Jesús Antonio Gutiérrez Arrieta, alias ‘Chucho’; y Miguel Ángel González Reales, alias ‘Migue’; también partícipes en el crimen. Beltrán reconoció haber contratado a los sicarios y participar en el plan para eliminar a Pinto. Sin embargo, era un hombre sin líos judiciales, carente de anotaciones y antecedentes como delincuente.
QUIÉN ES JOHAN ENRIQUE BELTRÁN
Nació en Barranquilla el 30 de noviembre de 1979, en el seno de un hogar con principios y valores cristianos y morales, reiteró su progenitor Enrique Beltrán Hernández, de 69 años. El señor cuenta que Johan es el quinto de sus seis hijos (tres hombres y tres mujeres de dos matrimonios distintos), y que igual que todos ellos se formó en reconocidas instituciones educativas de Barranquilla como el Colegio Militar Acolsure y el Instituto Abraham Lincoln.
En este último plantel, donde cursó la secundaria, conoció a Erika León Gómez, la que sería luego su esposa. Se ennoviaron en noveno grado, y luego del grado de bachilleres se casaron.
Con ella tiene dos hijas fruto de 18 años de matrimonio
. La mayor tiene 16 años y la otra menor, 8.
Enrique Beltrán afirma que luego de la boda, siguió apoyando a Johan para que estudiara una carrera universitaria. Es así como ingresa a la Corporación Educativa Litoral, donde inicia estudios tecnológicos como Auxiliar Contable y Financiero.
“En mi familia casi todos por tradición somos transportadores, con buses en Brasilia, y algunos los conducíamos nosotros mismos. Johan se puso a manejar uno y tan pronto comenzó a ganar dinero se desencantó del estudio. Lo dejé que continuara la tradición en el transporte, pero jamás anduvo en malos pasos. Lo educamos bien”, insistió Beltrán.
El tiempo transcurrió, y pese a los altibajos que arrastra la vida, el matrimonio de Johan y Erika se mantuvo ante las adversidades. Perola gran crisis de la pareja surgió en junio de 2015. Erika tomó la decisión irreversible de abandonar a Johan, al enterarse de la relación paralela que este sostenía desde abril de ese mismo año con Dayana Yael Jassir De la Hoz.
‘ESTABA ENCEGUECIDO’
Según Enrique Beltrán, Dayana y su hijo Johan se conocieron accidentalmente en uno de los viajes que este último realizaba a diario por la Costa Caribe en un vehículo particular Chevrolet Aveo, modelo 2012, que compró en sociedad con Erika y una hermana de esta.
Enrique Beltrán, padre de Johan. | Foto: ALDÍA
Johan se ganaba la vida transportando pasajeros por las ciudades de la Costa en la modalidad ‘puerta a puerta’, a pesar de que el automotor no estaba homologado para este tipo de servicios.
“La conoció en un viaje Riohacha - Barranquilla. Estoy seguro de que fue así, porque en La Guajira las personas que quieren viajar rápido y cómodas llegan a un sector exclusivo de la capital y ahí abordan estos transportes informales, como el que hacía mi hijo”, explicó Beltrán. No obstante lo dicho por el padre, Johan en su declaración inicial a la Fiscalía dijo que conoció a Dayana en Barranquilla, en la terminal de Simón Bolívar y la transportó a Riohacha. Le prestó el servicio, y dijo que en el trayecto hubo cruces de miradas y cuando llegaron a Riohacha intercambiaron números. De ahí surgió el romance.
Con el tiempo la confianza creció, al punto de que Dayana le presentó a Johan Beltrán a su esposo Eduardo Pinto Viloria, director regional de Medicina Legal.
“Mi hijo le llevaba encomiendas a Maicao y Riohacha, le apartaba puestos para viajes en la madrugada de él y de otros funcionarios del Instituto. De esa manera Johan se ganó la aceptación del doctor Pinto”, agregó Beltrán padre.
Los miércoles había un viaje fijo. Johan recogía en la puerta de su casa en Cevillar a Dayana, y la trasladaba a Riohacha donde ella tenía un contrato por prestación de servicios en el Bienestar Familiar. Los encuentros fueron creciendo, y la relación conductor - pasajera se convirtió en sentimental, de amantes furtivos.
Enrique Beltrán afirma que Erika se percató del romance de su marido con Dayana, por las cuentas que este le rendía del trabajo del vehículo de los dos. “Ganancias de 150 o 200 mil pesos se redujeron a 100 mil, pues llegó un tiempo en que Dayana no le pagaba pasaje a mi hijo. Además, él la invitaba a comer, y gastaba parte de las ganancias en consentirla”, expresó el padre de Johan.
En medio de tantas dudas y sospechas, Erika confirmó lo que temía a través de mensajes de WhatsApp y Facebook enviados al celular de Johan.
“Dayana le mandaba fotos recostada a su hombro, agarrados de mano y acariciándole la cara. Eso terminó de confirmar sus sospechas y la motivó a hacerle un reclamo airado a Johan en el bulevar de Simón Bolívar, en una madrugada. Ella lo puso a escoger, y él prefirió quedarse con Dayana. Estaba enceguecido”, sentencia Beltrán.
EL CUMPLEAÑOS
La foto que se convirtió viral en las redes sociales, en la que aparece Johan Beltrán plasmando un beso en la boca de Dayana Jassir y que confirma la infidelidad de ambos, data del pasado 30 de noviembre de 2015, día del cumpleaños 36 de Beltrán. Fue tomada en casa del hermano menor de este, en el barrio Los Andes.
“Ese día estábamos festejándole el cumpleaños en familia. Ya él se había dejado de Erika, y decidimos comprar algo de comida y partirle una torta para no dejar pasar el día por alto. Sin embargo, como a las 4 de la tarde apareció en un carro particular Dayana. Traía pudín, velas, bombas, letreros y un equipo de sonido. Armó una especie de fiesta junto a una amiga de ella. Yo le pregunté a mi mujer: ‘¿Y esta película cómo es?’ ‘¿Qué tal que venga Erika ahora con las niñas y nos encuentre con esta señora? Tuve que ponerle punto final a esa fiesta”, dijo el padre.
Enrique Beltrán agrega que se acercó a la terraza donde Dayana se besaba apasionadamente con Johan, sentada sobre sus piernas, y le dijo: “Es la oportunidad perfecta para decirte que sé que tú tienes esposo, y sé la clase de hombre que tienes, porque los choferes en Riohacha me lo han dicho. Sé que tu esposo está relacionado con la Policía o la Fiscalía, y que le pesan las ‘huevas’. O tú arreglas el ‘chico’ con tu esposo para que te metas con mi hijo, o yo busco a tu marido en Riohacha y le cuento todo”.
Beltrán sostuvo que él no sabía que Pintó residía con Dayana en Barranquilla.
“De saber eso me hubiera metido a su casa, y quizá hubiera podido evitar esta tragedia”, afirma con tristeza.
Después del severo reclamo, Dayana le dijo a Johan que no volvería más a esa casa, pues su padre la había maltratado verbalmente. Este le recriminó a su papá que no se metiera en su vida, que él era adulto y sabía lo que hacía. Enseguida abordó un taxi junto con Dayana, y abandonó el pequeño agasajo que la familia le había preparado. “Johan nunca anduvo en pandillas, ni bandas, ni sabe de armas. Simplemente se dejó arrastrar por la corriente de un supuesto amor desenfrenado de alguien que lo terminó enredando. Si él es culpable como confesó, pues tiene que pagar. Pero lo triste es que obedeció como un perro sumiso, creyendo en el amor inverosímil de esta desconocida mujer”, puntualizó Enrique Beltrán Hernández, en medio de lágrimas.
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